Período de guerras: el dinero perderá el miedo

Alejandro San Nicolás LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

Benoit Tessier | REUTERS

19 abr 2024 . Actualizado a las 09:14 h.

En mitad de una crisis geopolítica, con Irán atacando a Israel, vuelve el debate sobre cuál es la forma más segura de afrontar una debacle mundial. Mientras una parte de la población saca el dinero del banco, otra parte se ríe y mira con buenos ojos el nuevo paradigma de la economía: la digital. ¿El conflicto en Israel pondrá en peligro la economía? ¿Y las criptomonedas?

La realidad sentencia y, cada vez que hay una guerra, los mercados caen. Los inversores son más cautelosos y se alejan de los activos que son considerados de mayor riesgo. El bitcóin, a pesar de que cada vez genera mayor confianza, todavía sigue oscilando como activo de alto riesgo porque es un producto «joven». Pero no será así los próximos años.

Es cierto que el ataque de Irán al consulado de Israel trajo consigo una retirada de capitales de activos como BTC, pero no es menos verdad que conllevó un aumento en la oferta del activo en el mercado, sin perjuicio de un incremento en la demanda. Imperó la ley del mercado.

El dinero ha pasado por diferentes fases de intercambio a lo largo de la historia. Se han vivido diferentes cambios de patrón y, al igual que ocurrió en Bretton Woods en 1944, cuando Estados Unidos se convirtió en el eje vertebrador de la economía mundial, estamos a las puertas de una nueva revolución: la economía descentralizada.

Con la aparición del bitcóin en el 2009, pocos pensaron que estaban ante la antesala del futuro de la economía mundial. Muchas risas y hype en los primeros hitos del proyecto. La primera transacción pública fue la compra de dos pizzas por 10.000 bitcoines el 22 de mayo del 2010, cuyo valor al cambio fue de 41 dólares. Hoy serían unos 640 billones de dólares.

De hecho, cualquier persona que acumule la madre de las criptomonedas desde antes de 2016 posiblemente hoy sea multimillonaria.

Pero no todos estamos hechos para la economía digital. La educación que recibe la ciudadanía es que el Estado está para protegerla y para compensar las desigualdades, y nos han hecho entender que esto no es un peligro. Lo que está pasando ahora es que todos los reguladores y la banca quieren atacar nuestra privacidad con estrategias como el euro digital o la regulación de la inteligencia artificial. Están aprovechando la acumulación de información sobre las personas para estructurar nuestros comportamientos, lo que es la pérdida de libertades y derechos más importante de la historia. Con todas estas acciones no vamos a poder escapar.

Ante este panorama, solo hay una vía: la descentralización. Esta implica privacidad, libertad, responsabilidad y seguridad. La capacidad del ser humano de decidir está en riesgo y solo un mundo donde exista un modelo de convivencia entre la regulación y la libertad permitirá que no nos convirtamos en títeres del sistema.

Este mundo ya existe. Se llama bitcóin, se llama wallet, se llama pagos y economía descentralizada. Es probable que, en unos años, lo que hoy son billetes y seguridad se convierta en pagos directos entre individuos y empresas. Así que la respuesta a si esta crisis afectará a este nuevo modelo económico basado en las cripto es: no. Si estás leyendo este artículo y no entiendes nada, créeme, ya has entrado en su Matrix y vas tarde para escapar de sus garras.